"Mi hija puede caminar gracias a la cirugía gratuita que le realizaron"

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luis solorzanoLuis Solórzano, oriundo de Manabí, es padre de una niña que con apenas 7 añitos aun no entiende lo que le sucede. Valeria -tercera de cuatro hermanos- padecía de gigantismo en sus extremidades inferiores pero gracias a la intervención de la Junta de Beneficencia de Guayaquil, fue operada gratuitamente en el Hospital Luis Vernaza y ahora podrá disfrutar de una mejor calidad de vida.

El gigantismo es una enfermedad congénita que consiste en el trastorno y crecimiento sin control de ciertos tejidos a nivel de miembros superiores o inferiores. En el caso de Valeria, esto le ocurrió en ambos miembros inferiores. Luis recuerda con tristeza y añoranza cuando su hija corría, jugaba, pero poco a poco crecía con dolor en sus piernas.

"Nos dimos cuenta de su enfermedad, porque le fueron creciendo los deditos cada vez más grandes. Valeria quería ponerse zapatitos y no podía, me decía papi me duele, nosotros estábamos preocupados porque ya no sabíamos que hacer, estábamos desesperados. TC televisión, en su programa Cámara Amiga dio a conocer el caso y Trabajo Social de la Junta de Beneficencia de Guayaquil nos contactó. El Dr. Jorge Palacios, Jefe de Cirugía Plástica del Hospital Luis Vernaza vio a mi hija, me dijo que tenía una enfermedad llamada Gigantismo y que sí la podían operar", cuenta Luis.

Valeria fue operada de su pie derecho el 23 de mayo del 2013 y el izquierdo, el 24 de octubre del mismo año. Las dos cirugías, que consistían en realizar una reconstrucción de ambos pies con el fin de que la niña pueda incorporarse de manera inmediata a sus actividades normales, resultaron exitosas.

"Gracias a Dios, todo salió muy bien, aquí en el Hospital Luis Vernaza nos han tratado excelente, las enfermeras, los doctores, le dan regalitos, muñequitas. Valeria está muy contenta, le han hecho muchos exámenes, estudios y no me han cobrado nada, la Junta de Beneficencia de

Guayaquil me está ayudando en todo. Agradezco a Dios y al Hospital Luis Vernaza de la Junta de Beneficencia de Guayaquil y a toda la gente que colaboró cuando vieron a mi hija, yo estoy muy agradecido y ahora puedo ver sonreír a mi niña, porque va a poder ponerse zapatitos y jugar como lo hacía antes", concluye.