"Gracias por atender a mi nieta y exonerar los gastos médicos"

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Desideira CabreraDoña Desideria, de 54 años, narra con infinita tristeza la dura realidad que afronta su nieta. La describe como una niña cuya sonrisa se ha ido apagando de a poco "ya ni amigos tiene por lo agresiva que es. No quiere que la vean porque piensa que la gente se le ríe", expresa entre sollozos suspiros.

Carolina tiene 16 años y toda una vida llena de pesares. A su corta edad, tuvo que afrontar la pérdida temprana de su madre, la enfermedad mortal que acoge a su padre y las múltiples patologías que la han tenido, en varias ocasiones, internada en el Hospital de Niños Dr. Roberto Gilbert E. de la Junta de Beneficencia de Guayaquil desde los 8 años; edad en la que, además, fue diagnosticada con trastorno de bipolaridad y esquizofrenia en el Instituto de Neurociencias, también de la Junta.

Sus múltiples dolencias y la dura situación emocional que vive Carolina, la han llevado, según su abuela paterna, doña Desideria Jacinta Cabrera, tutora legal, a atentar contra su vida en más de 2 ocasiones.

"Ya no tengo más lágrimas que botar" asegura esta noble mujer que no solo tiene que enfrentar la dura circunstancia de su nieta mayor, sino que lleva consigo el dolor de haber perdido a dos de sus cinco hijos, el desconsuelo de ver extinguir de apoco la vida de su otro hijo, la pérdida de su nuera y el tener la responsabilidad de alimentar y mantener a 7 niños más, 4 nietos y 3 menores fruto de compromisos anteriores de sus dos nueras, una fallecida y la otra desaparecida desde hace 2 meses.

A diario, doña Desideria debe acudir a una fundación especializada para que, uno de los menores quien padece de autismo, pueda recibir atención especial; "pero muchas veces el dinero no alcanza y no lo puedo llevar"; y es que mami Desi como le llaman sus nietos, lava ropa ajena para poder solventar los gatos diarios, de lo cual percibe, en una "buena semana", entre 30 a 50 dólares.

"Por eso no tengo palabras para agradecer todo el apoyo que me ha dado el Hospital Gilbert. Sin su ayuda no hubiese podido atender a mi nieta y ahora hasta mi nieto va a salir beneficiado", expresa la agradecida abuela, al conocer que los gastos generados en el Hospital Roberto Gilbert, durante la estancia de Carolina, fueron exonerados; y que, además, tanto la adolecente como su pequeño primo, recibirán atención ambulatoria y medicina en el Instituto de Neurociencias.