"Gracias por ayudarme a recuperar mi alegría y a mi mamá la paz"

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BryanBryan, de 13 años, lleva en sus piernas cicatrices como consecuencia de unas quemaduras de tercer grado que sufrió cuando tenía 6 años.

Solo me falta llorar lágrimas de sangre para pedirle a Dios perdón por el daño que le causé a mi hijo, confiesa Verónica, una arrepentida madre, mientras acaricia delicadamente las cicatrices que le causó a su hijo.

Verónica es viuda y relata cómo en un momento de coraje y desesperación por las travesuras de Bryan y sus tres hermanos mayores "amenacé con echarle agua caliente en los pies, pero nunca pensé que perdiera tanto el control y lastimar a uno de mis pequeños", expresó.

Desde el 2010 Bryan guarda aquellas heridas debajo de sus pantalones, las cuales lo obligaron a permanecer 9 meses en la Unidad de Quemados del Hospital de Niños Dr. Roberto Gilbert. Desde ese día acude al Hospital cada cierto tiempo para recibir curaciones y prepararse para las últimas intervenciones quirúrgicas.

Durante el periodo de permanencia hospitalaria de Bryan, Verónica residió en el albergue social "Rosa Eva Aguilar de Sánchez" que dirige el voluntariado hospitalario y es uno de los beneficios que ofrece el Hospital de niños Dr. Roberto Gilbert para las familias de pacientes hospitalizados de otras provincias.

"Estoy muy agradecida con todo el apoyo que me ha brindado el hospital, en especial por curar a mi hijo, sin ustedes no hubiese podido solventar todos los requerimientos médicos de Bryan. Me han ayudado con todas sus cirugías y curaciones", expresó Verónica.

Aunque Bryan tiene una vida normal entre la escuela y su hogar, mira con melancolía sus cicatrices que le recuerdan aquel incidente, "Mi hijo ha recuperado su alegría y yo la paz", concluyó Verónica.