De acuerdo con el concepto médico, “La epilepsia es la segunda enfermedad neurológica más frecuente, después de las cefaleas (dolores de cabeza). Se manifiesta con la repetición de convulsiones, sin tener un claro factor desencadenante y sin un motivo aparente. Una crisis epiléptica se origina por una descarga eléctrica incontrolada en el cerebro que ocasiona, inclusive, que una persona pierda el conocimiento y caiga al suelo con convulsiones, provocándose traumatismo en el rostro, cabeza y otras partes del cuerpo, producto de la caída.
Se ha establecido estadísticamente que una de cada 100 personas padece alguna forma de epilepsia. Hay dos clases de crisis, la CRISIS GENERALIZADA, es aquella en las que la actividad epileptiforme se manifiesta desde el inicio de la crisis en todo el cerebro. La otra es la CRISIS PARCIAL, donde el origen de la crisis comienza en una zona determinada del cerebro. Esta crisis puede o no generalizarse. Por tanto las características de las crisis dependerán de la zona cerebral donde se origine y de la propagación a otras áreas cerebrales de la actividad epiléptica.
La epilepsia es tratada farmacológicamente, con un elevado porcentaje de respuesta favorable (80% responden y 20% no responden). De ese 20% que no responde al tratamiento famacológico, un 40 % tienen epilepsias de lóbulo temporal y el 60% de estos será, eventualmente, factible de ser intervenido quirúrgicamente.
En el caso del Instituto de Neurociencias, se logro estructurar el proyecto de Cirugías de Epilepsias a través del cual se logró seleccionar a 110 pacientes con ELT-FR que, luego de realizar todos los análisis, la verificación de criterios de elegibilidad, la Electroencefalografía Standard, la Resonancia Magnética de alta resolución, el Vídeo- EEG, el Estudio neuropsicológico, la Evaluación Psiquiátrica, se procedió por último aplicar el test de Wada, que dio como resultado elegir a 8 preseleccionados para la cirugía, de los cuales 5 fueron operados.
Los costos, alrededor de 20 mil dólares por cada paciente, fueron asumidos por la Junta de Beneficencia de Guayaquil. Al cabo de 70 días de la intervención quirúrgica, los 5 pacientes están libres de crisis, del seguimiento que se les ha realizado no se ha evidenciado secuelas, mejorando la calidad de vida de estos pacientes que padecían de serias crisis epilépticas 2 veces por semana.
El Dr. Mario Izurieta dijo que para los pacientes se minimizan los valores toda vez que la función social de la JBG es atender a los sectores más pobres, "para esto sirve la convocatoria para que ustedes los medios de comunicación proyecten este mensaje a la colectividad ylas personas que padecen de epilepsia acercarse al Hospital Vernaza o al Instituto de Neurociencias para el nuevo proceso que se inciará en Octubre y las operacioens en Enero del 2013", señaló.
El Dr. Fabrizio Delgado, Director Técnico del Instituto de Neurociencias, mencionó que se han adquirido equipos por 50 mil dólares para continuar con el proyecto en su Centro de Investigaciones Cerebrales que permiten realizar nuevas evaluaciones a partir de octubre del 2012, mientras que el Dr. Mario Izurieta, Jede de Neuropcirugía del hospital Luis Vernaza, señaló que este Hospital está adquiriendo equipos por 500 mil dólares para continuar con las operaciones en el mes de enero del 2013. Es una inversión que la Junta de Beneficencia ha realizado en beneficio de los pacientes de todo el Ecuador y prepara al Hospital de Niños Roberto Gilbert para atender quirúrgicamente, casos de niños con epilepsia.
De acuerdo a los pronósticos el 65% al 80% de los pacientes quedan libres de las crisis epilépticas; del 15 al 25% mejoría sustancialmente.
Dentro del Plan Estratégico del INC está este Proyecto Inter-hospitalario con el Hospital Luis Vernaza y el Hospital de Niños Roberto Gilbert Elizalde, para ofrecer esperanza al gran número de pacientes afectos de ELT-FR.
Gonzalo Naranjo Morán, de 25 años, que vive en el cantón Naranjito, dijo que padecía de epilepsia desde los 14 años, Fue diagnosticado en el INC. Recuerda que las crisis eran frecuentes y tomaba medicamentos, pero aún así no las controlaba.
"Cuando mi familia supo que podía ser operado y era seleccionado para el primer grupo, previo a todos los estudios y valoraciones, sentí mucha alegría porque era una oportunidad que no a todos se les presenta. Desde el 10 de junio, en que me operaron, no ha tenido ninguna crisis. El médico me está bajando la dosis y dejaré de tomarla", destacó.
Gina Pozo, de 28 años vive en el cantón Playas, "mi vida ha cambiado totalmente después de la operación, hago mis actividades normales, un poco restringidas en el tiempo porque el médico me recomendó que no me exceda. En cuestiones de salud me ha cambiado hasta el sueño, ya no tengo los sobre saltos que tenía que me impedían dormir, eso es importante porque el médico neurólogo dice que el descanso de la noche es primordial como parte de nuestra recuperación. Desde que me operaron el 8 de junio ya no he vuelto a tener otra crisis", destaca.
Mercedes Herrera, tiene 25 años vive en el cantón Daule. Desde los 15 años sufrió de ataques epilépticos que se le presentaban hasta 4 veces en día. "Gracias a Dios el sueño de nosotros de ser unas personas normales se nos ha hecho realidad. Estamos agradecidos de la JBG y de los médicos porque si no fuese por ellos, nosotros aun sufriríamos de los ataques, que en lo personal me afectaron a mi vida, porque perdí mi matrimonio y me ha dejado innumerables cicatrices productos de las caídas, hasta me quemé. Tengo dos hijos pequeños a quienes cuidar. Mi vida ha cambiado totalmente, porque antes no podía experimentar ningún tipo de sentimiento, ni alegría, ni tristeza, porque todo alteraba mi sistema nervioso y provocaba en mí las convulsiones. Producto de las convulsionaba perdí el útero a los 24 años, se me desprendieron las paredes. Ahora en mi familia todo es alegría y hay la confianza de que ya no me van a dar las convulsiones", asegura.
Dayana Fernández, de apenas 13 años de edad, está contenta porque su mamá ya no va a sufrir. "He tenido muchas caídas por las crisis, por eso siempre tenía que estar acompañada por el temor que me de otra crisis. Estoy agradecida con Dios y también a la Junta porque me regalaron esta operación y tengo la fe de que estoy curada. Me operaron el 11 de junio. Voy a retomar mis estudios porque deje de hacerlo este año. A causa de la enfermedad he sentido la burla de los compañeros de mi escuela anterior, pero ya soy normal", destaca la pequeña
Diego Bosques, de 19 años, vive desde los 9 años vive con crisis de epilepsia, él vive en el recinto el Cadeal de Balsapamba. Logró terminar la secundaria con mucho esfuerzo, porque sus crisis eran a diario. "Al igual que mis compañeros también estuve expuesto a los peligros y accidentes a causa de las crisis. Me operaron el 13 de junio, y no he tenido crisis, pero si he tenido presentimientos de convulsionar, los médicos me han dicho que puedo tener de una a dos crisis posteriores a la operación. Sigue tomando la medicina. He pensado que el estado de ánimo también influye, pero hay veces que siento cambios repentinos. Espero que con el tratamiento se me pase. Igual creo que mi vida si ha cambiado", destaca.
Estos son los pensamientos de quioenes han visto un cambio notable en sus vidas gracias a la labor eminentemente social de la junta de Beneficencia de Guayaquil que invirtió en ellos, las operaciones fueron gartuitas.