Una de las dependencias de la Junta de Beneficencia de Guayaquil donde, también, se evidencia la labor de beneficencia para los sectores menos favorecidos de nuestro país, es el Hogar Calderón Ayluardo, donde se les da atención a 116 niñas, que reciben vivienda,alimentación, atención médica, estudios, uniformes, útiles escolares, profesoras personalizadas para reforzar el aprendizaje y una formación espiritual. En su mayoría son niñas que provienen de diferentes provincias de costa y sierra.
Las niñas, previo al inicio de las actividades docentes, son evaluadas en los aspectos académico y psicológico debido a que en su mayoría provienen de hogares disfuncionales, "las integramos en todos los niveles, conocen a las religiosas que les dan atención permanente durante el año, la escuela donde van a ir, todo lo nuevo que resulte para ellas", señaló Sor Rosario Quintero, Administradora del Hogar Calderón Ayluardo, ubicado en General Gómez y Noguchi.
Virginia Naranjo, madre de una de las asiladas, dice que le gusta la formación que reciben las niñas. Su hija, Paola, ingresó hace tres años al internado con problemas en sus estudios. Ahora es una excelente estudiante, gracias a la ayuda que recibe, "las hermanas me han ayudado mucho de manera incondicional, me siento muy contenta porque sé que tratan muy bien a mi hija, tengo un agradecimiento eterno a ellas y a la Junta de Beneficencia de Guayaquil, por habernos dado la beca", enfatizó.
Las 116 niñas que actualmente residen en el Hogar Calderón Ayluardo reciben una beca total de estudios en la Unidad Educativa Santa Luisa de Marillac. Es decir la Junta de Beneficencia de Guayaquil aprovecha de su infraestructura educativa para dar atención integral a estas niñas. Muchas de las que han salido de este Hogar, hoy son profesionales que aportan a la sociedad. Algunas, integran la lista de funcionarios de la Institución, como ocurre con la Administradora del Asilo Manuel Galecio, que funciona en Alausí, con similares características al Hogar Calderón Ayluardo.