Carlitos, de 11 años, le ayudaba a vender caramelos en la calle a Renzo Arguello, su padre. Gracias a la ayuda oportuna de la Junta de Beneficencia de Guayaquil obtuvo una beca de estudios en la Unidad Educativa José Domingo de Santistevan y ahora podrá tener un futuro mejor.
La vida de Renzo Arguello está marcada por varios sucesos. Un lamentable accidente cambió para siempre su vida, al dejarlo con traumas físicos y psicológicos. Además sufrió el abandono de su esposa, quien viajó al exterior para mejorar la situación económica y luego se llevó a su hija Pamela, dejándolo con sus dos hijos: Máximo, quien vive independientemente; y Carlitos, quien acompaña a su padre.
"Yo buscaba trabajo en lo que había, la situación era crítica, Carlitos me ayudaba a vender caramelos, recuerdo que me decía "papi, quiero estudiar en un colegio bonito" y yo sufría al saber que no se lo podía dar. Hace un año me vine a Guayaquil, lleno de esperanza y pidiéndole a Dios que me abra una puerta..., hasta que sucedió, gracias a un reportaje en un programa de televisión (Calle 7 de TC Televisión) la Junta de Beneficencia de Guayaquil se enteró de mi caso, y de inmediato me extendieron una mano amiga", comentó Renzo.
La Junta de Beneficencia le otorgó una beca completa a Carlitos para que estudie en la Unidad Educativa José Domingo de Santistevan, "mi hijo está educándose en el Santistevan, le han dado uniformes, sus útiles, expreso escolar, le dan todo, él es inteligente, y sé que le enseñarán esa voluntad de ayuda desinteresada, ese amor hacia el prójimo".
Carlitos muy emocionado nos cuenta que, "me gusta el colegio, es grande, estoy contento por esta oportunidad valiosa".
"Quiero agradecerle de todo corazón a la Junta de Beneficencia de Guayaquil que me ha dado tanto... Le pido a todos que compren lotería para que este tipo de ayuda siga dándose a personas como yo que tanto necesitamos...", concluyó Renzo.
