“Salvaron mis piernas gracias a la inmediata atención médica que recibí”

“Salvaron mis piernas gracias a la inmediata atención médica que recibí”

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carmen narvaezCarmen Narváez de tan solo 54 años, batallaba día a día con una enfermedad que la mantenía postrada en su cama, hasta que gracias a la intervención de la Junta de Beneficencia, fue atendida en el Hospital Luis Vernaza y continúa su tratamiento gratuitamente.

La vida ha sido dura para Carmen. Pasaba sus días aguantando el dolor de diversas tumoraciones que tenía en sus piernas y brazos y sin poder caminar debido a que se le reventó la pierna derecha por el tamaño de los tumores.

"Estaba desesperada sin saber qué hacer, gracias a Dios, tengo unos hijos maravillosos. Uno de ellos llevado por la desesperación de verme sufrir, acudió al canal RTS para exponer mi caso, ellos me pusieron en contacto con el Hospital Luis Vernaza, donde me examinaron de inmediato, pero al parecer ya era tarde, la enfermedad ya había avanzado mucho", recuerda Carmen.

El diagnóstico de Carmen no era favorable, los doctores le indicaron que una de las alternativas era amputar sus piernas para poder salvarle la vida, "fue terrible, me sentía como una bomba de tiempo a punto de estallar, yo dije ¡Dios mío para que quiero vivir yo así, con mis piernas cortadas!", comenta.

Los cirujanos del hospital se comprometieron con su caso y le prometieron que harían todo lo posible para no amputarle las piernas. Ahora un poco más recuperada Carmen asegura que "Con la misericordia de Dios, no me amputaron las piernas, ellos me salvaron, estoy muy bien, el trato de los doctores fue excelente, una maravilla, que lindos médicos, muy profesionales, la atención fue de primera calidad".

Carmen continúa su tratamiento en el Hospital Luis Vernaza, de manera gratuita y aunque aún le falta una segunda operación, siente que su vida ha cambiado.

"Estoy muy agradecida, primero con Dios y con la Junta de Beneficencia de Guayaquil que han sido un éxito y me han apoyado cualquier cantidad en lo psicológico y económico. Para mí, fue una batalla demasiado grande y triste, ahora me siento muy feliz, contenta... Son una mano amiga para los que necesitamos. A todas las personas les digo que ayuden y acudan a la Junta de Beneficencia de Guayaquil que es una institución muy buena, muy seria, muy humanitaria", concluye.

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