A Lilibeth Ortiz de 19 años la vida le ha dado muchos golpes. El más duro fue convertirse en madre soltera y conocer las complicaciones que tendría su hijo al nacer. Gracias a la ayuda oportuna de la Junta de Beneficencia de Guayaquil, pudo ser atendida en el Hospital Enrique Sotomayor durante los 9 meses de su embarazo. Su bebé nació con Síndrome de Down y un grave problema en su corazón pero actualmente ha mejorado su calidad de vida recibiendo el tratamiento que necesita, en el Hospital de Niños Dr. Roberto Gilbert, todo esto de forma gratuita.
Lilibeth recuerda que su mamá la llevó al Hospital Enrique Sotomayor cuando tenía 3 meses de embarazo. Allí pudo conversar con las trabajadoras sociales quienes, luego de conocer su caso, la ayudaron inmediatamente. Esta joven madre recibió las consultas y los controles de forma gratuita pero a los 7 meses de embarazo, después de una ecografía, los médicos le indicaron que no tenía líquido amniótico y que debía ser operada inmediatamente ya que su bebé podría nacer con más problemas. "Se me subió la presión y me desmayé, me sentí muy mal, no sabía qué hacer, yo sabía que no tenía los recursos para ello", comenta.
Afortunadamente Lilibeth recibió toda la ayuda posible en el hospital. Al pequeño Jesús lo mantuvieron en el área de Observación de Neonatos, en donde recibió todos los cuidados que necesitaba. A pesar de que el diagnóstico de su hijo no era muy alentador desde el principio, ella estaba feliz de tenerlo entre sus brazos.
Pasaron los días y llegó la mala noticia: Jesús padecía una cardiopatía severa. De inmediato el equipo de Trabajo Social del Hospital Enrique Sotomayor se comunicó con el Hospital de Niños Dr. Roberto Gilbert, ambos de la Junta de Beneficencia de Guayaquil, para que el pequeño recibiera la atención que necesitaba. En la casa de salud pediátrica, le practicaron exámenes cardiológicos, neurológicos, de sangre, de rayos x y uno genético con la finalidad de conocer su estado de salud.
Actualmente, Jesús recibe un tratamiento que le permite mejorar su calidad de vida. "Todo ha sido gratis, las medicinas, los ecos... En la Maternidad me atendieron muy bien durante mi embarazo, estuve en algunos cursos que dan ahí, todo gratuito, muy buenos. Ahora que estoy en el Roberto Gilbert, las enfermeras, los doctores son excelentes, la atención es de primera, puedo asegurar que es el mejor Hospital de niños... Estoy muy agradecida con Dios, con la Junta de Beneficencia de Guayaquil y con todas las personas que trabajan día a día en sus hospitales, de todo corazón les digo gracias, que sigan ayudando a más personas, que Dios los bendiga a todos", concluye.