Karen Chiriboga es una joven madre de 25 años. Ella esperaba con ansias el nacimiento de su cuarto hijo. Sin embargo, la vida de su bebé estaba en riesgo ya que al nacer, le detectaron un gran tumor o linfagioma en el tórax. Gracias a la oportuna acción de los hospitales Gineco-Obstétrico Enrique Sotomayor y de Niños Dr. Roberto Gilbert, el pequeño Jeremías recibe un tratamiento gratuito que le ha permitido salvar su vida.
Desde que se enteró que estaba embarazada, por la falta de recursos económicos, Karen realizó su control prenatal de manera irregular en la Maternidad del Guasmo; sector en donde vive con su esposo e hijos. Recuerda que siempre fue bien atendida pero, cuando le hicieron un eco, "me dijeron que el niño tenía alguna deformidad que no se identificaba exactamente", dice.
Llena de angustia y temor, pero manteniendo la fe en Dios y su amor de madre, Karen continuó con su embarazo. Llegado el momento de dar a luz -por la incertidumbre que había con su bebé y para mayor seguridad de ambos- fue derivada al Hospital Enrique C. Sotomayor de la Junta de Beneficencia de Guayaquil, en donde alumbró al pequeño Jeremías.
Después del parto, los médicos detectaron que el bebé tenía un gran tumor o linfagioma en el tórax y lo trasladaron inmediatamente al Hospital Dr. Roberto Gilbert para que sea atendido por los especialistas.
La joven madre tuvo complicaciones en su salud, al enterarse de la terrible noticia. Sus ojos se llenan de lágrimas al recordar que conoció a su hijo a los diez días de nacido, cuando ya le habían hecho una cirugía. Su esposo le decía que "el niño no tenía muchas esperanzas, que estaba muy mal y casi agonizando".
Karen cuenta que cuando llegó al área de Cuidados Intensivos "sin saber que era él, me acerqué a una cuna y mi instinto de madre me dijo que ese pequeñito luchador era mi hijo, comencé a hablarle, a decirle que lo amábamos y que tenía que vivir y fue cuando me regaló su primera sonrisa, lo que me emocionó hasta llorar".
Hoy las probabilidades de mejoría para Jeremías son mayores. A sus cuatro meses de edad ya ha pasado por dos cirugías y un procedimiento en el que se le extrajo líquido del tumor para aplicarle bleomicina, un antibiótico que detiene o desacelera el crecimiento de células cancerígenas en el cuerpo.