Guayaquil, mayo 29 del 2009
Una mezcla de tristeza y nostalgia envuelta en un sentimiento de alegría, embargaba a Douglas Griffiths, Diplomático Consular de Estados Unidos, que culmina su gestión en Guayaquil, quien con su apertura, logró calar en el sentimiento de la ciudad y de la JBG.
Fue un visitante permanente del Hospital de Niños Roberto Gilbert para alentar a los niños que han sido operados por problemas congénitos de corazón, renales, ortopédico, labio leporino y paladar hendido. Por ello sus directivos le ofrecieron como despedida un sencillo desayuno y su Director Técnico, Dr. Enrique Valenzuela, le entregó una Placa de Reconocimiento por el apoyo dado al Hospital Gilbert y a las misiones médicas que de USA llegan al este nosocomio para operar de manera gratuita a niños con malformaciones congénitas.
“Estuve siempre impresionado por la calidad, el cariño de enfermeras, médicos y staff del Hospital; estamos muy orgulloso de las relaciones de los equipos médicos que vienen de Estados Unidos y sus similares del Hospital. Las relaciones no son solamente entre Gobiernos sino entre pueblos y nosotros como Consulares hemos establecido una historia y realmente somos socios y amigos de todo el Ecuador y los equipos médicos que vienen son muestra de esa tela que nosotros hemos forjado juntos, no son solamente diplomáticos, como yo, son profesionales que realmente sacrifican su tiempo, su pasión, su talento, sus herramientas para mejorar las vidas de ambas nacionalidades”, estimó el diplomático norteamericano.
Reconoció que tuvo la suerte de caer bien en esta ciudad que deja para representar a su Patria en Ginebra. ”Para mi ese espíritu del voluntariado la JBG lo representa perfectamente en el Ecuador; el espíritu del voluntariado y servicio a la comunidad; ha sido un placer colaborar con ustedes. Hay que siempre guardar esa idea de socios estratégicos porque pueden haber misiones médicas de Estados Unidos pero si no hay la contraparte, no se puede hacer nada y aquí, especialmente, en el Hospital y la JBG hemos encontrado socios y amigos con quienes trabajar”, concluyó el señor Griffiths.
