Actualmente la epilepsia se sitúa como una enfermedad grave y frecuente que ataca a personas de distintas edades, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), anualmente se diagnostican unos 2.4 millones de casos de epilepsia lo que la convierte en la causa neurológica de defunción más común.
Las cifras de la OMS indican que de las 50 millones de personas padecen epilepsia en el mundo, solo el 70% de los casos responden al tratamiento debido a que alrededor de las tres cuartas partes de las personas que viven en países de ingresos bajos y medianos no reciben el tratamiento que necesitan. Se estima que la incidencia en países en desarrollo se encuentra en 6 a 10 casos por 1.000, mientras que en los países desarrollados la aparición de nuevos casos en la población general oscila entre 40 y 70 por 100.000.
Según el Dr. Lorenzo Gamez, Neurólogo del Instituto de Neurociencias, 6 de cada 10 personas, padecen la epilepsia idiopática, es decir, aquella que no tiene una causa identificable; también existe la epilepsia secundaria o sintomática o aquella que tiene causas conocidas; éstas pueden ser las infecciones cerebrales como las meningitis y encefalitis, la neurocisticercosis, los traumatismos craneoencefálicos grave, crisis febriles, no obstante destaca que actualmente es producida principalmente por hipoxia cerebral (disminución de oxígeno en el cerebro), es decir, la causada por daños cerebrales, lesiones prenatales y, accidentes cerebrovasculares.
Las convulsiones son episodios breves de contracciones musculares que pueden afectar a una parte del cuerpo y no presentan alteración de la conciencia (convulsiones parciales) o a su totalidad (convulsiones generalizadas) y a veces se acompañan de pérdida de la consciencia y del control de los esfínteres; en este grupo la más frecuente es la de tipo tónico clónica. Estos episodios pueden variar desde menos de una al año hasta varias veces al día.
Gamez refiere que el tratamiento de la epilepsia es principalmente farmacológico, eficaz al punto que en muchos casos se logra el control absoluto de las crisis; "si por el contrario, si en el lapso de dos años la persona no responde al esquema farmacológico, debe ser sometido a una valoración médica para saber si tiene epilepsia refractaria y considerar la posibilidad de operarlo", señala.
De acuerdo a la OMS, el 10% de la población mundial sufre una convulsión a lo largo de su vida y no tiene epilepsia; recibe este diagnóstico cuando la persona ha tenido dos o más convulsiones no provocadas a lo largo de su vida.