Es más antiguo que la Junta de Beneficencia de Guayaquil, institución que asumió su administración en 1888, cuando fue creada. Conocido desde el 2 de febrero de 1881 como Manicomio Vélez, luego Hospital Lorenzo Ponce y actualmente, Instituto de Neurociencias, dado a los permanentes e innovadores cambios que dieron paso a la aplicación de nuevos modelos de atención de la salud mental acorde a los estándares internacionales de salud en esta especialidad.
Es un centro especializado y de referencia a nivel nacional, con una variedad de servicios para tratar las diversas patologías mentales en niños y adultos. En su consulta externa atiende un promedio de 7 mil consultas mensuales de pacientes que provienen de las diferentes regiones del país.
Entre las principales causas de consulta, las estadísticas del Instituto señalan la atención en las siguientes patologías siquiátricas y psicológicas como la esquizofrenia, bipolaridad, depresión, trastornos de ansiedad, epilepsia, trastornos hipercinéticos, trastornos de la niñez, trastornos obsesivos compulsivos, trastornos sicóticos agudos y transitorios, retraso mental, trastornos del humor, reacciones al estrés, trastornos de la personalidad, migrañas, trastornos específicos del desarrollo y de las habilidades escolares. Dislexia, entre otras, que de no ser tratadas afectan la conducta del individuo y de su entorno social.
El nuevo modelo de atención aplicado conllevó a una serie de cambios, uno de los principales, reducir el tiempo de hospitalización de los pacientes mediante tratamientos más asertivos que permitan estabilizar al paciente en pocos días y que pueda volver a su entorno familiar.
En el Instituto de Neurociencias residen 345 pacientes, de los cuales el 67% son abandonados, muchos de ellos, desde hace más de 30 años, por lo que la Junta de Beneficencia asume los costos que genera su hospedaje, alimentación, vestimenta y tratamiento.
La siquiatría moderna habla de una “libertad” de los pacientes de salud mental, que su tratamiento no esté basado en el encierro y el letargo de los sicofármacos, por ello, se ha ido innovando en la implementación de servicios como el Centro de Rehabilitación, CRI, donde los pacientes realizan actividades manuales para mantener y mejorar sus habilidades y destrezas, la Unidad de Conductas Adictivas para tratar las adicciones, la que mantiene el programa de psicoeducación y prevención de consumo de drogas UCA Educa, dirigido a docentes, estudiantes y padres de familia; además de actividades como la horticultura, teatro, pintura, cocina, y otros encaminadas a prepararlos para su reinserción familiar y laboral.
Cuentan con tres residencias de hogares supervisados, donde pacientes que han sido preparados para la convivencia en sociedad, llevan una vida normal en departamentos alejados del Instituto.
Entre los más recientes servicios, cuenta con el programa de cuidado diario y entrenamiento básico en la residencia particular asistida y el Centro de Estimulación Especializado en Alzheimer, con planes de intervención terapéutica dirigido a cuidadores familiares y personas que deseen conocer cómo tratar y manejar a pacientes con esta enfermedad.
En la consulta externa se atienden también las especialidades de Psiquiatría, sicología, psicopedagogía, psicodiagnóstico, neurología y las especialidades clínicas como cardiología, endocrinología, odontología, pediatría, dermatología, nutrición, rehabilitación física, estimulación temprana con o sin discapacidad.
El Instituto de Neurociencias de la Junta de Beneficencia de Guayaquil, se ha convertido en un referente nacional en la atención de salud mental, y permanentemente forma a estudiantes y profesionales de esta rama a través de talleres y charlas dictadas por expertos nacionales y extranjeros.
