La delincuencia es un fenómeno social que provoca graves repercusiones en las víctimas y sus familias, generando un impacto significativo tanto a nivel emocional como físico y psicológico, debido al miedo, ansiedad y estrés que sienten debido a la violencia y a la amenaza a su seguridad personal.
El Dr. Carlos Orellana, subdirector Técnico del Instituto de Neurociencias de la Junta de Beneficencia, INC, destacó que el segundo confinamiento, después del COVID, que viven los ecuatorianos es por la inseguridad a la que se ven expuesto, generando un significativo aumento de trastornos como el estrés continuo y la ansiedad generalizada, lo que se ve reflejado en el número de atenciones por ansiedad en la consulta externa del INC.
Señala, además que la repercusión emocional y psicológica de eventos traumáticos, como secuestros o asaltos, pueden desencadenar estrés agudo o trastorno de estrés postraumático, cuyos síntomas como aumento de la ansiedad, alteraciones del apetito y del sueño, pérdida de atención y disfunciones cognitivas, pueden manifestarse por meses o incluso años después afectando su vida personal y laboral, por lo que es aconsejable buscar la ayuda de un psicólogo o psiquiatra para precautelar el bienestar mental y emocional.
El Instituto de Neurociencias enfatiza la importancia de la prevención y el tratamiento oportuno de los problemas psicológicos. En momentos desafiantes, es fundamental priorizar el cuidado de la salud mental y buscar apoyo profesional cuando sea necesario.
