Hace un año y medio, María Valentina, María Isabella y María Emilia, quedaron huérfanas. Estas tiernas trillizas ahora están a cargo de su abuelita, Gina Raffo, quien debido a un lamentable incidente no contaba con el dinero para solventar sus estudios. Gracias a la Junta de Beneficencia de Guayaquil, estos tres angelitos tienen becas completas de estudio en la Unidad Educativa José Domingo de Santistevan.

Juana Flores es una madre agradecida. Debido a sus escasos recursos económicos, desde hace cinco años, su hija Shaskya es una de las 108 niñas que acoge el Hogar Calderón Ayluardo. Gracias a la Junta de Beneficencia, ella obtuvo una beca completa en la Unidad Educativa Santa Luisa de Marillac y además recibe atención médica gratuita en el Hospital de Niños Roberto Gilbert.

Carmen Narváez de tan solo 54 años, batallaba día a día con una enfermedad que la mantenía postrada en su cama, hasta que gracias a la intervención de la Junta de Beneficencia, fue atendida en el Hospital Luis Vernaza y continúa su tratamiento gratuitamente.

María Jesús Risco de nacionalidad peruana, tiene más de 10 años viviendo en Ecuador y 6 años de casada. Hace un año recibió dos noticias que cambiarían su vida: estaba embarazada de su primer hijo y además, tenía cáncer de mama. Gracias a la intervención de la Junta de Beneficencia, su primogénito nació sano en el Hospital Enrique C. Sotomayor y ella continúa su tratamiento gratuitamente.