“Gracias por darle mejores días a nuestra hija”

“Gracias por darle mejores días a nuestra hija”

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Magdalena MalpudHay veces en que la esperanza se nos agota pero cuando la fe se mantiene incólume, esta renace de repente. Fue lo que experimentaron precisamente Magdalena Marlpud y Edgar Alcívar, padres de la pequeña Camila quien padece del Síndrome de Klippel Feil, enfermedad congénita caracterizada por la malformación de la columna que provoca limitación a nivel de vértebras cervicales, entre otras complicaciones.

La familia Almeida Malpud vive en el cantón Ibarra de la Provincia de Imbabura. Hace cinco años tuvieron gemelas. Después de cuatro meses de lucha, Camila sobrevivió a su hermana pero constantemente presenta problemas de salud. Nació con paladar hendido del cual fue intervenido en el Hospital Vaca Ortiz, pero no pudo ser intervenida por segunda ocasión, ya que su anatomía presentaba los omoplatos muy arriba, lo que dificultaría su entubación.

Sus padres recuerdan que visitaron diferentes instituciones de salud en busca de ayuda para encontrar una mejor calidad de vida para su tierna hija, sin encontrar esperanza alguna. Afirman haber tenido la suerte de conocer de la Fundación Rostros Felices en el Hospital San Vicente de Paul durante un examen de audiometría a Camila.

El 8 de febrero del 2014, la fundación visitó la ciudad de Ibarra para evaluar a niños con malformaciones congénitas o adquiridas y no dudó en llevar a su hija. Con lágrimas, recuerda aquel momento cuando habló con el Dr. Jorge Palacios, Director de la fundación para que opere a su hija. "Me dijo que sería sencillo; se sorprendió cuando le comenté que padecía del síndrome, y manifestó que era el segundo caso que había visto en el Ecuador desde que tiene la fundación, pero que estaba con la persona indicada", señaló Magdalena Malpud.

Fue el momento cuando la esperanza volvió a su vida y conoció a Margarita Villavicencio, Jefe de Trabajo Social del Hospital Luis Vernaza, quien brindó todo el apoyo necesario para la cirugía de la pequeña Camila, que por su complejidad necesitó ser derivada al Hospital de Niños Roberto Gilbert para la valoración pre-quirúrgica. Posteriormente, ingresó al Servicio de Cirugía Plástica del Hospital Luis Vernaza, para realizarle la liberación de músculos esternocleidomastoideos y plastima bilateral, lo que le permitió liberar la rigidez de su cuello y la movilización de la cabeza, Ambos hospitales de la Junta de Beneficencia de Guayaquil, institución que cubriría todos los gastos de la cirugía.

Ahora, Magdalena y Edgar disfrutan de la mejoría de su hija y dicen estar agradecidos con la Junta, con la Fundación Rostros Felices, con el Dr. Jorge Palacio y con cada persona que hizo posible mejorar la calidad de vida de su hija y la de su familia. "La fe nos devolvió la esperanza de mejores días para nuestra hija" manifestó.

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