Verónica Chica Armas, habitante del populoso sector de la Isla Trinitaria, no deja de agradecer por el milagro que Dios y los médicos de la Maternidad Sotomayor de la Junta de Beneficencia lograron en ella y en el ser que evolucionaba en su interior. Es que Verónica fue intervenida hace dos años y ocho meses de una Endocarditis Bacteriana que contrajo luego de una cesárea practicada en una clínica particular.

Fue sometida a una cirugía de corazón abierto y se detectó que la Endocarditis bacteriana había complicado íntegramente su válvula Tricúspide, la que le fue extirpada. Al no tener un corazón normal, los médicos le recomendaron que no  quede embarazada, porque su circulación no es normal y, consecuentemente, tampoco su oxigenación. Además, esta situación le hace perder proteínas a través de las heces.

Este caso rarísimo lo asumimos cuando la paciente se presenta a un chequeo en la Maternidad Sotomayor. El cardiólogo, Dr. Eduardo Álvarez, asume el caso y mantiene un estricto control hasta las 35 semanas en que se decide una cesárea electiva, con el producto de una niña, a término, sin complicación, con 2.300 kilogramos de peso”, destaca el Jefe de la Sala Sta. Rita, Dr. Eduardo Bauer.

Verónica confiesa que tuvo mucha angustia, pues, le habían dicho que no podía tener a su bebe y tenía que abortar, “pero gracias a Dios a mi cardiólogo y pese a los pronósticos negativos y a la posibilidad de interrumpir mi embarazo, el Dr. Álvarez Zapata logró hacer un éxito mi embarazo. Él lucho conmigo para que mi hija nazca. Por eso voy a ponerle el nombre de Milagro a mi hija, por este milagro que salvaron mi vida y a mi hija. Toda mi familia está muy contenta, mi esposo, mi madre, todos”, dice esta humilde ama de casa.

Este es un caso único en el mundo. No existe en los anales médicos un caso similar que una mujer con un corazón sin válvula Tricúspide salga embarazada y llegue a feliz término con su hijo en buenas condiciones.

“El corazón de la especie humana está compuesto de 4 cámaras aspirantes – impelentes y de 4 válvulas que tienen la capacidad de abrirse y cerrarse. La circulación de la sangre en ellas, sigue un trayecto unidireccional a condición que deben estar perfectamente funcionantes todas sus estructuras, de modo que la circulación es “EN SERIE”,  siempre es hacia adelante. Pero si una válvula se cierra mal, y más aún si no existe, la sangre no avanzará sino que se forma un flujo turbulento retrogrado que trastornara completamente la hemodinamia.

En el caso concreto de la paciente Verónica, de 22 años la falta completa de válvula tricúspide, produce un escaso flujo hacia adelante, de modo que el volumen de sangre que se oxigena a nivel pulmonar es menor del que se regresa a las venas cavas superior e inferior, haciendo ineficaz el ventrículo derecho. Por esta razón, sobrecargar a la bomba cardiaca ya deteriorada, con un embarazo era no aconsejable y más aun peligroso para la vida materna”, explica el cardiólogo Eduardo Álvarez de la Maternidad Sotomayor de la Junta de Beneficencia, quien fue enviado al Hospital de la Universidad Católica de Santiago de Chile, por el entonces Director de la Junta, Don Lautaro Aspiazu, a realizar una especialización, conoció y fue su profesor el Dr. Rodrigo González Foretc, Cirujano Cardiovascular, a quien consultó el caso.

“Conociendo el incremento del volumen plasmático – materno y la posibilidad de apertura de un agujero oval permeable y la mezcla de sangre entre ambas aurículas, con la hipoxia y cianosis materna, que complicaría gravemente el trastorno hemodinámico”, destaca el Dr. Álvarez, asumió el caso.

Durante 26 semanas, se le aplicó medidas higiénico dietéticas y farmacológicas, con un ingreso previo a las 25 semanas, en que se evaluó con un equipo multidisciplinario, las condiciones maternos fetales, se asumió la intención de continuar hasta alcanzar una condición fetal favorable que sería alrededor de 2.500 gr. de peso. “Mantuvimos una permanente comunicación con Santiago de Chile durante todo el proceso gestacional y el control semanal Cardiológico y Obstétrico en la Consulta Externa de nuestro Hospital Sotomayor”, señala el Dr. Álvarez.

“Se programó una cesárea para el Día de Reyes y el resultado ha sido de lo más satisfactorio. Cuando entré a operar me pasó lo mismo que  cuando atendí el parte de cuatrillizos; lo hice basado en mi experiencia, conocimientos, tiempo; todo eso lo da el ser médico cirujano de este Hospital Gineco Obstétrico Enrique C. Sotomayor que es un referente de todo el Ecuador, que dentro de su Plan Estratégico contempla el trabajo en equipo, eso es lo que nos lleva a tener este tipo de resultado, tal vez único en este momento pero que para todos es un éxito”, destaca el Dr. Víctor Espín, médico cirujano.

Pero la preocupación para Verónica no termina. Ella necesita con urgencia se le implante la válvula Tricúspide en su corazón por lo que solicita la generosidad de una persona, una empresa que se la done y dejar de lado el pronóstico que le señala como máximo 10 años de vida.

“Agradezco a Dios bastantísimo. Voy a ponerle a mi pequeña el nombre de Milagro y espero verla crecer junto con su hermanita Milena de 2 años”, expresó Verónica mientras su ojos se nublaban por la esperanza y la alegría de ver al fruto de su amor sanita, ajena a la realidad vivida y en espera del milagro de la donación de la válvula que su corazón necesita con urgencia.