Se lo hace por varios motivos, entre ellos para disminuir el elevado porcentaje de cesáreas y, consecuentemente, la morbilidad obstétrica. El método consiste en administrar una mezcla de gaseosa de Óxido Nitroso y Oxígeno en partes iguales, durante el proceso del parto, para mitigar el dolor que le provoca a la mujer el nacimiento de su hijo.
El objetivo es favorecer el progreso del trabajo de parto, mejorando su calidad, haciendo menos traumático el proceso para obtener un neonato en mejores condiciones y, lo más importante, hacer más amigable el alumbramiento, y sobre todo, disminuir la elevada tasa de cesáreas existentes en el medio, principal causas de morbilidad obstétrica.
“Su aplicación es inocua y no tiene contraindicaciones. Se lo utiliza con previo consentimiento, en las pacientes que presentan una mayor tendencia al dolor, a la ansiedad y al estrés, factores que perjudican la labor de parto; su práctica tiene impacto sobre el bienestar fetal”, afirmó el Dr. Luis Hidalgo, Director Técnico del Hospital Gineceo Obstétrico Sotomayor de la Junta de Beneficencia.
Una de las ventajas del método es que es aplicado por la misma paciente a voluntad, es decir, durante el trabajo de parto se auto aplica la mascarilla, lo respira cuantas veces ella desea, sintiendo alivio al dolor y una sensación de relajamiento, de bienestar. “De la práctica y experiencia se ha comprobado que con la aplicación de este método, los periodos del parto se acortan y nacen niños en mejores condiciones”, subraya el Dr. Hidalgo.